Juan Antonio Fernández Montoya, apodado «El Barullo», es un bailaor que proviene de una ilustre familia de artistas flamencos, siendo primo hermano del célebre bailaor Farruquito y nieto del legendario El Farruco. Nacido en una familia gitana de Sevilla, El Barullo pronto destacó en el mundo del flamenco gracias a su estilo personal y a sus actuaciones intensas, que combinan tradición y modernidad.
Es reconocido por su técnica excepcional y su dominio del compás, dos cualidades indispensables para sobresalir en el flamenco. Sus movimientos se caracterizan por una gran potencia y precisión, sin perder fluidez ni expresividad. También es admirado por su velocidad en los zapateados, que combinan energía pura con una gran sensibilidad rítmica.
En el plano artístico, El Barullo encarna una fusión entre el flamenco tradicional, heredado de sus ancestros, y una visión más contemporánea. Su baile está impregnado de una profundidad emocional que conmueve al público, mientras que su carisma escénico y presencia magnética le permiten cautivar y transmitir la esencia del flamenco.
Más allá de la técnica, sobresale en la expresión dramática y en el duende, lo que lo convierte en uno de los bailaores más respetados de su generación.